Cuando una familia recibe un diagnóstico de escoliosis idiopática en su hijo o hija, una de las primeras dudas que surgen es: “¿Y si no hacemos nada? ¿Realmente es necesario tratarla?”
En este artículo te explico qué ocurre cuando una escoliosis no se trata. Y no desde la opinión, sino desde la evidencia científica. Vamos a ver qué dice uno de los estudios más relevantes sobre la evolución natural de la escoliosis sin tratamiento. Un trabajo que siguió a pacientes durante más de 50 años.
Además, al final del artículo te contaré un error muy común que cometen muchas familias al recibir el diagnóstico… y que puedes evitar fácilmente.
¿Por qué es importante tratar la escoliosis?
Hay enfermedades, como un resfriado, que siguen su curso y desaparecen sin consecuencias. Pero la escoliosis no funciona así. Para demostrarlo, en 2019 se publicó un estudio en la Journal of Pediatric Orthopaedics (revista americana de ortopedia pediátrica) que analizó a pacientes con escoliosis no tratada durante más de medio siglo.
El estudio fue liderado por el Dr. Stuart Weinstein, uno de los grandes referentes internacionales en investigación sobre escoliosis.
¿Qué investigaron?
Se analizaron aspectos clave de la vida de estos pacientes, como:
- La progresión de la curva con el tiempo.
- El dolor de espalda y la función pulmonar.
- El impacto en la vida diaria: trabajo, embarazo, matrimonio.
- La degeneración de los discos vertebrales y la aparición de artrosis.
- La autoestima, la imagen corporal y el bienestar psicológico.
- Y por último, si la escoliosis afectaba a la esperanza de vida.
Principales resultados del estudio
1. La escoliosis sí progresa, incluso tras el crecimiento
- El 68 % de las curvas progresaron después de la madurez ósea.
- Las curvas menores de 30 grados tendieron a estabilizarse.
- Las curvas entre 30 y 50 grados mostraban una tendencia creciente a empeorar.
- Las curvas superiores a 50 grados empeoraban de forma constante con la edad.
2. La función pulmonar solo se afectó en curvas severas
Solo las curvas dorsales por encima de 80 grados afectaron a la respiración. Aun así, no se observó un mayor riesgo de enfermedades cardíacas.
3. Más dolor de espalda, pero vida funcional normal
Las personas con escoliosis tuvieron más dolor lumbar que la población general, pero este dolor no les impidió trabajar ni hacer vida normal.
4. Mayor degeneración de discos y artrosis precoz
Se observó una relación clara entre escoliosis no tratada y un mayor desgaste de los discos intervertebrales, además de aparición de artrosis antes de tiempo.
5. No afectó al embarazo ni a la maternidad
Las mujeres con escoliosis pudieron tener hijos sin complicaciones, y el embarazo no empeoró la escoliosis ni afectó al bebé.
6. Impacto psicológico: autoestima e imagen corporal
Un 32 % de los pacientes consideró que la escoliosis limitó su vida en aspectos como la ropa o la confianza personal. Muchos dijeron que habrían elegido el tratamiento si hubieran tenido la oportunidad.
7. Esperanza de vida intacta
La escoliosis no tratada no redujo la esperanza de vida, pero sí afectó la calidad de vida en muchos casos.
¿Qué podemos aprender de este estudio?
Este trabajo aporta tres lecciones clave para las familias:
1. Sí hay que tratar la escoliosis
La evolución natural de la escoliosis justifica claramente el tratamiento. Aunque no todos los casos progresan, sí lo hacen una gran parte, y sus consecuencias pueden evitarse con intervención temprana.
2. El objetivo es llegar al final del crecimiento con la menor curva posible
Cuanto mayor sea la curva al finalizar el crecimiento, más problemas futuros pueden aparecer. Por eso, lo ideal es:
- Que las escoliosis leves (<25º) no superen los 30º.
- Que las moderadas no pasen de los 50º.
Esto solo es posible con detección precoz y seguimiento especializado.
3. Tranquilidad: se puede llevar una vida plena
A pesar de todo, este estudio también aporta un mensaje positivo: la escoliosis no suele limitar drásticamente la vida adulta si se controla adecuadamente.
El error que muchas familias cometen (y cómo evitarlo)
Uno de los errores más frecuentes es pensar que una escoliosis leve no necesita seguimiento.
Pero si un niño o adolescente aún tiene crecimiento por delante, incluso una curva leve puede progresar rápidamente. Especialmente en la adolescencia, cuando el crecimiento es muy acelerado.
👉 El mensaje es claro: la detección temprana y el seguimiento por un profesional especializado en escoliosis son claves para evitar complicaciones mayores en el futuro.
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